Impactados por estas afirmaciones del Evangelio de San Juan, 3, 1: “Todo se hizo (y se hace) por la Palabra y sin ella nada se hizo (o se hace)”, un presbítero, un diacono, una religiosa y un grupo de laicos, hombres y mujeres que tenemos el oficio de la Palabra, de comunicarla en la Iglesia, dentro ella y en el mundo, con un servidor a la cabeza, nos lanzamos a fundar la Sociedad de la Palabra Multimedia para vivir de la Palabra de Dios, que es humana y divina, practicarla, comunicarla mediante todos los medios de comunicación, existentes actualmente y los que vayan surgiendo en el futuro. Con la debida aprobación civil y eclesiástica, sus miembros son cristianos católicos, con las vocaciones específicas de sus fundadores, siendo la mayoría laicos.